Extraído de Prensa Obrera:La devaluación acrecentó el negocio de los call-centers de tal manera que se comenzó a hablar de un “boom”. Lo cierto es que “los costos laborales argentinos son sustancialmente más bajos que en Filipinas, República Dominicana, Costa Rica e incluso Panamá, todos ellos con buena infraestructura en telecomunicaciones” (Clarín, marzo 2003).Un trabajador de Teleperformance, compañía líder a nivel mundial, trabaja 9 horas diarias, seis días a la semana, y en promedio vende 5.000 dólares (sí, dólares) diarios, mientras cobra un salario mensual de 800-1.000 pesos (si es bilingüe). En un día de trabajo se paga su sueldo. Norberto Varas, presidente de Teleperformance, reconoció: “Nuestros trabajadores cobran salarios equivalentes a los de la India, aunque con un nivel de capacitación mayor” (ídem). El mismo Varas ya había declarado que “mientras en Estados Unidos el costo por hora oscila entre 23 y 26 dólares, y en México de 15 a 18 dólares, aquí los servicios se ofrecen por 10 a 13 dólares” (La Nación, octubre de 2003).El teleoperador está sometido a una altísima tasa de explotación. No solamente por la cantidad de horas semanales, y el régimen de pasantías (sin jubilación ni obra social) sino, principalmente, por los intensos ritmos de trabajo y productividad que soportan.En los call-centers se introdujeron sistemas informáticos que hacen entrar una nueva llamada cada vez que el operador “cuelga”. Se pierde todo control sobre el ritmo de trabajo, que no sólo es rutinario, agotador y estresante, sino que obliga al trabajador a mantener la vista constantemente en la pantalla de la computadora
martes, 17 de marzo de 2009
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